En respuesta al rápido avance de la tecnología de inteligencia artificial (IA) en los últimos 12 meses, la Unión Europea (UE) ha trabajado incansablemente para alcanzar un acuerdo histórico sobre la regulación de los sistemas de IA. Este esfuerzo ha llevado a la Comisión Europea, el Consejo Europeo y la Eurocámara a colaborar en la creación de lo que se convertirá en la primera ley a nivel mundial que regula la inteligencia artificial.

La necesidad de establecer un marco regulatorio para la IA ha sido impulsada por el crecimiento exponencial de esta tecnología y la necesidad de mitigar posibles riesgos asociados. Fuentes cercanas a las negociaciones revelan que se han logrado los primeros acuerdos para regular los modelos fundacionales, que son la base de herramientas destacadas como ChatGPT de OpenAI.

El principal objetivo de esta legislación europea es fomentar el desarrollo responsable de la tecnología de IA al tiempo que se abordan posibles riesgos. En este sentido, se prohíben las aplicaciones que presenten «riesgos inaceptables» o se consideren peligrosas, especialmente aquellas que puedan manipular o violar derechos fundamentales. Además, la ley busca establecer un marco para monitorear las aplicaciones de IA consideradas «de riesgo» dentro del territorio europeo.

La regulación de los datos biométricos representa un desafío significativo, ya que estos datos están intrínsecamente vinculados a la identidad de las personas y plantean preocupaciones sobre la privacidad y el uso ético de la tecnología de IA. Las partes involucradas están trabajando arduamente para encontrar un equilibrio entre impulsar la innovación y garantizar la protección de los derechos individuales.

Aunque se ha logrado un avance significativo con el acuerdo sobre los modelos fundacionales, la atención se centra ahora en la resolución de los detalles pendientes, particularmente en lo que respecta a los datos biométricos. Este paso hacia la regulación de la inteligencia artificial en la UE marca un hito importante y establece un precedente para futuros marcos normativos en el ámbito global. La comunidad internacional observa con interés este proceso, que sin duda influirá en la dirección futura del desarrollo y la aplicación de la inteligencia artificial a nivel mundial.

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